Laura RODRÍGUEZ / San Sebastián de los Reyes, Madrid / 28.07.2023
En exterior, en arena y en pareja; o indoor, en pista y en equipo. Antes de que se fuera de vacaciones (y de campeonato), pasamos una mañana con el Club Voleibol Sanse que, como en años anteriores, este verano ha ofrecido no uno, sino dos campus deportivos: el de vóley playa y el de vóley pista.
Lo fundamental, en los dos casos, es que el balón no puede votar en tu campo. Pero cada una de estas modalidades tiene reglas específicas. Y en estos campus, además, públicos distintos.
En vóley playa, los más mayores y el grupo de tecnificación han dedicado los campus a paracticar este deporte cuatro horas diarias prácticamente este deporte cuatro horas diarias; muy cerca de ellos, en las pistas del CEIP Antonio Machado, también un grupo de tecnificación y el grueso de participantes, niños y niñas de 3 a 16 años que, además de entrar en contacto con el voleibol, han compaginado su práctica con otras actividades, como juegos y gymkanas, cine, talleres de relajación y talleres creativos.
Trescientos diecisiete niños y niñas han pasado por los campus del Club Voleibol Sanse este verano. Junto a ellos, para hacerlo posible, una veintena de monitores/as del propio club que, además de hacer estos días inolvidables para las y los peques, les han contagiado su pasión por el voleibol.
Por eso es muy probable que vuelvan ver a muchos de ellos cuando arranque el curso escolar, después del verano. Y, por eso, no solo esperan a los peques. Porque el voleibol, nos dicen, es un deporte al que puede jugar cualquier persona.